viernes, 14 de agosto de 2015

Marte(s).

Como el dios de la guerra, siempre encendidos. 
Así pasamos los días en estas cuatro paredes. 
Encerrados en nuestros complejos y almidonados por kilos de orgullo y recelo. 
No esperabas mas que un te quiero, pero mi boca no separaba mis labios, y mi corazón ardía de rabia al verte tumbado en la cama
Impasible, esperando.

Como Marte, siempre en guerra. 
Y levantábamos nuestras armas y la pasión las derrumbaba. 
Y la pelea acababa con los dos cuerpos, nuestras legiones sudorosas y agitadas. 
Siempre en guerra... 
Hasta que una bomba atómica lo destrozo todo y dejó el campo sin hiervas una mañana de un Martes.

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