lunes, 28 de febrero de 2011

AÚN ME HUELE A CAFÉ POR LA MAÑANA

Todavía recuerdo tu agradable olor a café,

Esos besos cariñosos que enrojecían mis mejillas con el tenue carmesí de tus labios.

Tus manos grandes y delicadas y esos dedos alargados cosquilleándome la espalda.

Recuerdo tu cara sonriente, esa tez oscura y tus gráciles gestos salpicados de alboroto.

Y esa imponente altura que a mis cinco años parecía insalvable

Con tus piernas largar y torneadas, ese caminar acelerado,

Tu dulce voz cantarina y esa alegría desbordada, tu paciencia tus bondades.

Ese cuerpo desnudo aquejado por los años, marcado por las líneas del tiempo.

Y tu pelo blanquecino, alisado.

Tu mirada sincera, y ese ímpetu continuo, esas prisas, esa entrega, esos días.

Me parece que sigues besando mis manos,

Acariciando mi pelo, arropándome al dormir,

Arrullándome en la cuna, enseñándome a soñar.

Inyectando en mi vida compromiso y valor.

Enseñándome a dar, desprenderme sin ni siquiera esperar.

Sí, creo que estás aquí, acompañándome al andar

Empujándome para que no me quede atrás. Alentándome,

Sigues aquí, te siento al amanecer cuando besas mi frente.

Te fuiste, inexplicablemente pero sé que estás aquí

A mi lado, cogiéndome de la mano

Dándome calor en cada abrazo y mitigando mi dolor.

Sirviéndome de colchón que amortigua cada golpe que me doy.

Sigues viva en mí, en mi mente, en mi corazón.

Sigues viva en la gente a las que diste todo.

Tu corazón estalló pero de tanto amor, de tanto amar.

Y ya han pasado veinte años, ¡caramba!

Y me parece que fue ayer cuando te besé los labios por última vez.


A mi abuela, Mercedes.

AÚN ME HUELE A CAFÉ POR LA MAÑANA

Todavía recuerdo tu agradable olor a café,

Esos besos cariñosos que enrojecían mis mejillas con el tenue carmesí de tus labios.

Tus manos grandes y delicadas y esos dedos alargados cosquilleándome la espalda.

Recuerdo tu cara sonriente, esa tez oscura y tus gráciles gestos salpicados de alboroto.

Y esa imponente altura que a mis cinco años parecía insalvable

Con tus piernas largar y torneadas, ese caminar acelerado,

Tu dulce voz cantarina y esa alegría desbordada, tu paciencia tus bondades.

Ese cuerpo desnudo aquejado por los años, marcado por las líneas del tiempo.

Y tu pelo blanquecino, alisado.

Tu mirada sincera, y ese ímpetu continuo, esas prisas, esa entrega, esos días.

Me parece que sigues besando mis manos,

Acariciando mi pelo, arropándome al dormir,

Arrullándome en la cuna, enseñándome a soñar.

Inyectando en mi vida compromiso y valor.

Enseñándome a dar, desprenderme sin ni siquiera esperar.

Sí, creo que estás aquí, acompañándome al andar

Empujándome para que no me quede atrás. Alentándome,

Sigues aquí, te siento al amanecer cuando besas mi frente.

Te fuiste, inexplicablemente pero sé que estás aquí

A mi lado, cogiéndome de la mano

Dándome calor en cada abrazo y mitigando mi dolor.

Sirviéndome de colchón que amortigua cada golpe que me doy.

Sigues viva en mí, en mi mente, en mi corazón.

Sigues viva en la gente a las que diste todo.

Tu corazón estalló pero de tanto amor, de tanto amar.

Y ya han pasado veinte años, ¡caramba!

Y me parece que fue ayer cuando te besé los labios por última vez.

lunes, 21 de febrero de 2011

JA JA JA O CÓMO REÍRSE DE LOS TÓPICOS OFENSIVOS

"Tenía que ser mujer" escuchamos a algún hombretón decir cuando alguna fémina hace algo que a los ojos de un conductor normal está mal. Suelen argumentar que su condición de mujer las hace menos aptas para la conducción. Es una observación, sin duda, machista. Es una visión retrógrada y, además, falaz porque sólo basta con echarle un ojo a las estadísticas de conducción en las que se demuestra que las mujeres son mejores conductoras que los hombres. Es un tópico el de que las mujeres conducen mal, pero está tan extendido que parece que fuera cierto.

Pero también me preocupan otra clase de tópicos, como el de aquellas personas que creen que por llamarte "negro de mierda" te están ofendiendo. Hombre, la verdad que me llamen "de mierda" es lo único que me puede molestar, porque lo de "negro" a ver a quien se lo niego. Pero lo realmente preocupante es el grado de ignorancia de ese tipo de personas, que creen que por llamarte eso te están hundiendo precisamente en la "mierda". No se dan cuenta que, en mi caso particular, no soy negro: soy mulato. Es decir, mitad negro, mitad blanco. Y eso para un observador cualquiera salta a la vista.

Lo único incómodo de mi color es que para los negros no soy más que un mulato (y créanme que muchos lo dicen en tono despectivo) y para los blancos no soy más que un negro. No soy ni de uno ni de otro...pero soy de los dos. Vaya cosa más curiosa, ¿no? Sería mejor, pensando de prisa y a lo loco, ser blanco (y sólo blanco) o ser negro (y sólo negro). Así me evitaría encontrarme en tierra de nadie. Pero luego pienso con más calma y digo: "pero si es divertido ser dos cosas a la vez sin ser de ninguna".

Pero eso unido a lo de "vete a tu país" (como si yo hubiera comprado una nación y estuviera dentro de mis propiedades particulares que fueran a ser heredadas por mis descendientes y no pudiera estar en esta o en otra que me apeteciera porque, aparentemente, la persona que me ha dicho eso es la dueña) ya lo que me provoca es risa. Antes me molestaba, sinceramente, pero me he convencido a mi mismo de que no tengo porqué incomodarme si un policía me para (y lo hacen mucho), me pide la documentación y cuando le paso el DNI (español porque tengo doble nacionalidad) lo miran por todos los lados imaginables con el fin de descubrir lo que esperan sea cierto: que es falso!!! Pero se dan con un canto en los dientes cuando comprueban que todo está correcto y como para joder me dicen lo de que no he nacido en España. Eureka!!! Acaba de descubrir usted el secreto mejor guardado de la historia universal!!!

A quienes debe parecer realmente increíble es a los negros o mulatos que han nacido en España y que son españoles. El que siempre le estén preguntando "¿De dónde eres?" y le conteste "De Madrid". Y el susodicho reitere: " Sí, pero dónde has nacido". "En Madrid, tronco. En el La Paz, para más señas". Y le responda, insistiendo aún más: "Ahhh, como eres 'morenito'". ¿Qué pasa que si es color azabache no puede ser de aquí? Esa es una de las tantas cosas que deben cambiar. Hay que aprender y conocer la diversidad.

¡Y si eres gay ya es lo más! Que te llamen "maricón" es como la ofensa más grande que le pueden hacer a un gay (según algunos). Uyuyuy!! "¡Cómo le he jodido diciéndole eso!". JA JA JA. Aquí es donde me entra la risa descontrolada. Mucha gente se ha quedado descolgada en el camino y sigue pensando que esa palabra puede hacer mella en alguien. Por lo menos no será a mi persona a la que afecte.

Hay otras palabras que ofenden más como que te llamen ladrón o prevaricador, aunque sabemos que en algunos lugares del Reino esas palabras han perdido su valor original y ahora sirven para encumbrar a los corruptos que aceptan trajes a cambio de beneficiar a amigos, o que saben de primera mano que sus subalternos están metidos hasta las cejas en la mayor trama corrupta de toda la historia de la democracia. Ellos se ríen de nosotros por cosas verdaderamente graves. Vamos a reírnos un poco de los tópicos, entonces, porque realmente no nos vamos a pegar un tiro como sí ha dicho que hará el dueño de una gran empresa, ahora en problemas económicos por segunda vez.

¡A reír que es sano, muchachos!

Amín Arias.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Dímelo al oido, vida.

Mírame, Ojos Mar, y dime si no ves amor en mis ojos.

Dime si el fuego que arde en mi es tan tenue que no te quema,

Si las llamas que emanan de mi alma no tocan tu cuerpo.

¿O es la oscuridad de la noche la que te distrae?

Te aseguro, vida, que el deseo es tan grande que mi sexo no para de crecer,

Mi respiración se agita, y sin tocarme, mojo mi cuerpo.

Un escalofrío recorre mi ser al sentir tus manos, al escuchar tu explosión.

Mírame y dime si no ves que mi cuerpo se queda sin fuerzas tras las embestidas.

Dime si no sientes las convulsiones y cuando te aprieto la cintura.

¿Me sientes? Yo te siento. Yo te veo.