miércoles, 16 de febrero de 2011

Dímelo al oido, vida.

Mírame, Ojos Mar, y dime si no ves amor en mis ojos.

Dime si el fuego que arde en mi es tan tenue que no te quema,

Si las llamas que emanan de mi alma no tocan tu cuerpo.

¿O es la oscuridad de la noche la que te distrae?

Te aseguro, vida, que el deseo es tan grande que mi sexo no para de crecer,

Mi respiración se agita, y sin tocarme, mojo mi cuerpo.

Un escalofrío recorre mi ser al sentir tus manos, al escuchar tu explosión.

Mírame y dime si no ves que mi cuerpo se queda sin fuerzas tras las embestidas.

Dime si no sientes las convulsiones y cuando te aprieto la cintura.

¿Me sientes? Yo te siento. Yo te veo.

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