miércoles, 28 de agosto de 2013

I HAVE A DREAM

Hoy se cumple el 50 aniversario del discurso de Martin Luther King Jr., Probablemente el discurso más famoso de la historia. 

En él, el Dr. King habló del sueño que tenía, del sueño de cada uno de los afroamericanos que seguían viviendo bajo el manto infame de la discriminación por el color de su piel en los EEUU. 

Su lucha por los derechos civiles de los negros es uno de los más grandes ejemplos de amor a la libertad, la igualdad y la solidaridad entre todos los seres humanos.

Poco más tengo yo que agregar sobre la figura de Martin Luther King Jr., ya conocemos su dimensión histórica y su trascendencia. 

Su sueño es el que encarna ahora Obama, un hombre negro que ha llegado a la presidencia de un país en el cual hace tan sólo cincuenta años a la gente como él se les trataba con la punta del pie. 

Ese sueño es el que tenemos a diario en cada rincón del mundo donde la diversidad en su amplio sentido se expresa. Soñamos con que las diferencias se acaben y que lo único superior sea la defensa de la igualdad entre todos los hombre y mujeres de la tierra. 


A continuación reproduzco el célebre discurso de Martin Luther King Jr.

"Yo tengo un sueño que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo. Creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creado iguales.

Yo tengo un sueño que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los ex esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad 

Yo tengo un sueño que un día incluso el estado de Mississippi, un estado desierto, sofocado por el calor de la injusticia y la opresión, será transformado en un oasis de libertad y justicia.

Yo tengo un sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter.

¡Yo tengo un sueño hoy!

Yo tengo un sueño que un día, allá en Alabama, con sus racistas despiadados, con un gobernador cuyos labios gotean con las palabras de la interposición y la anulación; un día allí mismo en Alabama pequeños niños negros y pequeñas niñas negras serán capaces de unir sus manos con pequeños niños blancos y niñas blancas como hermanos y hermanas.

¡Yo tengo un sueño hoy!

Yo tengo un sueño que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada, y toda la carne la verá al unísono.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la que regresaré al sur. Con esta fe seremos capaces de esculpir de la montaña de la desesperación una piedra de esperanza.

Con esta fe seremos capaces de transformar las discordancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un día seremos libres.

Este será el día, este será el día en que todos los niños de Dios serán capaces de cantar con un nuevo significado: "Mi país, dulce tierra de libertad, sobre ti canto. Tierra donde mis padres murieron, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera, dejen resonar la libertad". Y si Estados Unidos va a convertirse en una gran nación, esto debe convertirse en realidad.

Entonces dejen resonar la libertad desde las prodigiosas cumbres de Nueva Hampshire. Dejen resonar la libertad desde las grandes montañas de Nueva York. Dejen resonar la libertad desde los Alleghenies de Pennsylvania! Dejen resonar la libertad desde los picos nevados de Colorado. Dejen resonar la libertad desde los curvados picos de California. Dejen resonar la libertad desde las montañas de piedra de Georgia. Dejen resonar la libertad de la montaña Lookout de Tennessee. Dejen resonar la libertad desde cada colina y cada topera de Mississippi, desde cada ladera, dejen resonar la libertad!

Y cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar desde cada pueblo y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad, seremos capaces de apresurar la llegada de ese día cuando todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de unir sus manos y cantar las palabras de un viejo spiritual negro: "¡Por fin somos libres! ¡Por fin somos libres! Gracias a Dios todopoderoso, ¡por fin somos libres!".

miércoles, 31 de julio de 2013

CONTESTANDO ALGUNAS CUESTIONES SOBRE HAITÍ

Hace unos días difundí una noticia a través de Twitter publicada por un diario de tirada nacional en la República Dominicana en la que se daba cuenta de las buenas relaciones que experimentan los ejecutivos dominicano y puertorriqueño y en la que se resaltaba la muy buena noticia de que el gobierno de la Isla del Encanto aprobará en lo próximo una ley con la que se otorgará a los dominicanos residentes en Puerto Rico de manera ilegal un documento de "libre circulación" que les permitirá con posterioridad regularizar su situación administrativa.

La noticia fue bien acogida por lo que eso supone para los dominicanos que residen desde hace muchos años en la tierra de Hostos. Ha sido muy celebrada por la autoridades dominicanas que se han mostrado dispuestas a colaborar.

Mi reflexión en Twitter iba en la línea de que si Puerto Rico reconoce el derecho de libre circulación a los dominicanos en su territorio, aunque estos se encuentren en situación irregular, ya es hora también de que la República Dominicana haga lo mismo con los nacionales haitianos que viven en el país.

Reacciones a favor y otras en contra (estas últimas sin ninguna argumentación objetiva que las sustente). Pero me causó especial atención las que esgrimió (tras mi requerimiento) el tuitero @OrtegaAbreu, un dominicano residente en España y que estudia en la Universidad de Sevilla, según reza su bio en la conocida red social.

Mi tuit fue el siguiente:  aprobará una ley q dotará a dominicanos ilegales de "documento de libre circulación". Ahora le toca a hacerlo con .


A lo que @OrtegaAbreu me contestó: es insostenible y poco adecuado, en estos momentos, que RD hago lo mismo con Haití.



Y le dije: Dime las razones. Confío en que lo puedas argumentar objetivamente.


Y estas son las razones que me da el compatriota: las contestaré una a una.


1. El número de dominicanos en PR no es el mismo que el de haitianos en RD .


Cierto. En República Dominicana hay un número significativo de haitianos que no sólo son los encargados de hacer los trabajos más duros que los dominicanos rechazan, como el corte de la caña. Trabajan en condiciones infrahumanas y en gran medida en semiesclavitud, sin derechos sociales, sin acceso a la sanidad, a la educación y a tener un documento de identidad que les permita ejercer los derechos más básicos que son inherentes a todo ciudadano, independientemente del lugar del planeta en donde haya nacido.

Sus hijos nacidos en territorio dominicano no son reconocidos como tales por la absurda aplicación del ius sanguinis, que no deja de ser una excusa para negar la nacionalidad a cientos de niños y niñas a los que se les impide estar escolarizados o tener cualquier derecho básico.


Por si a alguien se le olvida los dominicanos que han entrado en Puerto Rico en su mayoría lo han hecho mediante los mortales viajes en yola. Ellos no han llegado allí en avión o cruzando legalmente el Canal de la Mona en ferri. Lo han hecho sin documentación y allí han encontrado trabajo, en condiciones también diferentes a la de los mismos puertorriqueños, pero el trato y la evolución que han tenido en aquel país es totalmente distinta. A los hijos de dominicanos nacidos en PR se le reconoce como puertorriqueños, nunca se les ha negado el derecho a la escolarización y el acceso a la salud.



Pero lo más sorprendente de todo es que esas posturas xenófobas sigan teniendo predicamento en personas que han visto mundo, que han salido del país, como el amable tuitero que intervino en el debate. Como dije él vive en España, como yo, donde ambos gozamos (hasta el momento) de una educación y sanidad públicas y universales, que ha servido (hasta la aprobación de la nefasta ley sanitaria de la Ministra Mato hace un año) para atender a todos y a todas por igual, tengan o no papeles legales.



¿Si disfrutamos de unas cosas por qué se las negamos a otros? ¿A caso no son también seres humanos? ¿O es que el rancio nacionalismo y ese odio perpetuo hacia Haití, contra los negros, nos impide ver la realidad del mundo?



Muchos dominicanos viven en España de forma irregular. Llegaron en avión con "machetes", como turistas o como estudiantes y se han quedado. Una gran parte se ha beneficiado de la reagrupación familiar, cosa que también podría aplicarse en RD con los familiares de los haitianos que trabajan y residen en el país, y conformamos una población que supera los 100.000 (si contamos a los nacionalizados y a los que no están en ningún registro oficial).


2. Las injustificables medidas comerciales adoptadas por Haití en contra de RD.

¿Cuáles medidas? ¿La de los pollos? Pero por Dios! 
A esto voy a responder sólo con un ejemplo: Si yo fuese el Presidente de la República Dominicana y la salud de mis conciudadanos estuviera en peligro por la extensión de una enfermedad, o de lo que sea, que pudiera causar graves estragos en la población, sería el primero en autorizar la paralización del comercio del producto que estuviera en tela de juicio hasta tanto se descartara cualquier peligro.


Es una reacción lógica y no es ninguna afrenta contras RD como se ha pretendido vender desde la derecha mediática y política del país. El conflicto de los pollos y los huevos fue una pantomima que lo único que produjo es vergüenza a los que tenemos dos dedos de frente. Ese tipo de cuestiones se resuelven en los despachos y con la mayor discreción porque son cuestiones que afectan directamente a la imagen del país y sobre todo a su economía. 


La estrategia de los Vincho Castillo y otros altos cargos del gobierno y de la oposición, legisladores y hasta representantes de distintas confesiones religiosas, fue sumamente penosa y totalmente errónea, y lo único que provocó fue el pulso entre ambos gobiernos. Haití también quiso defender su soberanía, ya que a muchos se les olvida que también es un país soberano como la RD y que decide internamente lo que le conviene o no.


3. y el más importante el grado de integración de los haitianos en RD es casi nulo.


Me lo dijo de verdad y yo lo he flipado en colores y en televisor de plasma para mas INRI. Y le contesto: No puede haber integración cuando la misma no se hace de forma bidireccional. Es decir, no sólo los haitianos tienen que integrarse (eso sería asimilasionismo, que está demostrado es un fracaso como modelo de integración. Sólo hay que ver a Francia y sus conflictos sociales), los dominicanos deben contribuir a lo mismo y hacerse coparticipantes del proceso de interculturalidad que supone la interacción con Haití, o con los nacionales de cualquier país que lleguen a la República (teneos chinos, árabes, sudamericanos, europeos, etc). Lo que hemos hecho en RD es promover la "guetización" de los haitianos confinandolos en los bateyes y con extremo cuidado de no puedan salir de ahí.

Cabe preguntarse si los dominicanos que residimos en otros países hemos adoptado las costumbres de esos países así sin más. La respuesta es NO. Hemos, mayoritariamente, hecho un vínculo de convivencia, que por demás es normal, y en algunos países, como en los EEUU, por ejemplo, hemos mantenido nuestra identidad intacta, gracias al modelo multicultural que explotan, que por demás no es tampoco el más recomendable.

En definitiva, el grado de integración de las personas va a depender de qué modelo apliquemos. En España parece fácil para nosotros los dominicanos por el idioma y otras cuestiones. Pero la realidad es que en este país se ha entendido la integración como algo que corresponde a ambas partes. Si no no se explicaría porqué se integran los árabes o los nacionales de los países del este.

República Dominicana es la única responsable de los problemas aún no resueltos con los nacionales haitianos que residen en su territorio. La xenofobia es lo que ha marcado el accionar del Estado, impregnado de elementos racistas y un odio por conflictos históricos que a doscientos años vista ya deberían haberse superado.

Pues lo dicho: en Puerto Rico dan papeles a los dominicanos, en RD deberían hacer lo mismo con los haitianos, aunque sólo sea por respetar los fundamentales derechos humanos.





martes, 30 de abril de 2013

1 DE MAYO: ¡A LUCHAR!

Los últimos datos del paro, publicados hace tan sólo unos días, nos muestran una realidad que durante el último año el Gobierno de España nos ha querido maquillar: la Reforma Laboral que aprobaron no sirve para nada, se sigue destruyendo empleo aceleradamente y lo peor es que no hay soluciones posibles a corto o mediano plazo para atajar la sangría del empleo.

Este será el Primero de Mayo más triste de los que se recuerdan en democracia. Con una tasa de paro superior al 27%, según los datos de la EPA, con un número que quema todas las retinas de los que somos sensibles al drama del desempleo: 6.202.700 personas sin trabajo, a los que Mariano Rajoy y su equipo de Gobierno proponen únicamente "paciencia". 

En tan sólo un año el Gobierno de la mentira ha incrementado las listas del paro en 563.200 personas, y los muy cínicos se congratulan de que el ritmo de destrucción de empleo ha disminuido, como si eso fuera algún consuelo.

Lo cierto es que el drama del paro se ceba especialmente con los jóvenes (la tasa de paro juvenil ronda el 60%) y las mujeres, que son el 27,61%. Más de medio millón de personas ya son parados de larga duración que no han encontrado trabajo desde hace más de un año. 

Y para todo eso Rajoy pide paciencia...

No se puede tener paciencia cuando el Partido Popular llegó a La Moncloa con un programa de gobierno lleno de mentiras, y del que sólo ha llevado a cabo el impulso de reformas legislativas que cercenan la libertad, como por ejemplo el proyecto estrella del Ministro Gallardón sobre el aborto; o, en otro caso, la "privatización" del litoral español con la nueva reforma de la Ley de Costas.

Prometieron crear millones de puestos de trabajo, y ya vamos rumbo al segundo año de gobierno conservador y lo único que han aportado al país son más personas desempleadas; precariedad en las relaciones laborales; exiliados económicos a diversos países de todo el planeta; la eliminación de becas y a las ayudas a la dependencia; el aumento del IRPF y el IVA; la negativa constante y sin razón a legislar en favor de la dación en pago y la pronta solución del problema de las hipotecas; a la criminalización y condena a muerte de los extranjeros sin permiso de residencia al negarles el acceso a la sanidad; un adoctrinamiento ideológico pretendiendo gobernar junto a la Conferencia Episcopal; y la promesa de volver a subir la edad de jubilación, con la excusa de que lo pide Europa. 

Engañaron a su electorado posicionándose radicalmente en contra de todas las políticas que precisamente hoy están llevando a cabo. Es un  gobierno, que aunque haya sido elegido democráticamente en las urnas, está ilegitimado para ejercer la acción de gobierno porque han hecho todo lo contrario a lo que se presentaron al examen ante los ciudadanos y ciudadanas. 

Responsabilidad política deben de tener todos los miembros del Gobierno. Por lo tanto, si se sintieran verdaderamente responsables estarían presentando ya mismo su dimisión. Pero no nos engañemos, intentarán aguantar estoicamente hasta final de la legislatura, a pesar de que el partido que les sustenta pasa por la más grave crisis que jamás haya tenido, embadurnado por casos de corrupción y una presunta financiación ilegal. Aguantarán a pesar de que una de sus Ministras está relacionada con dinero proveniente de la trama Gürtel. Ellos sí que tendrán paciencia y seguirán dando discursos en el Vaticano, mostrandose muy a favor de la derogación de la Ley de Matrimonio Igualitario.  

Este Primero de Mayo no hay lugar para las celebraciones. Los convenios colectivos están siendo quemados en piras de inconsciencia y abuso. La Reforma Laboral es un ataque brutal a los derechos de los trabajadores y las trabajadoras. Es la constatación del fracaso del gobierno de Rajoy. Todas las fuerzas las vamos a poner en las reivindicaciones de lo que es nuestro, de lo que nos pertenece como ciudadanos y ciudadanas.

Este Primero de Mayo, más que nunca, debemos gritar con fuerza que estamos aquí y que vamos a pelear por nuestros derechos, aunque nos repriman en las calles y nos quieran amordazar para que no podamos ni siquiera levantar la voz. 




Lesbianas y (in)Visibles

Por el simple hecho de ser mujeres ya parece que nacen marcadas, estigmatizadas, señaladas y condenadas a vivir constantemente defendiendo lo que es suyo; sus derechos, su vida. Tienen que luchar contra el mundo, contra su propio entorno para demostrar que son igualmente capaces que los hombres. Que esa burda falacia de que son "el sexo débil" no es más que la muestra de un pretendido ejercicio de dominación que ha funcionado durante muchos siglos, pero que llega a su final.

La propia Biblia ya las hace responsables del origen del pecado. Las mujeres son tan "malas" que llegaron a persuadir al "buen hombre" para que le comiera la manzana. Y eso que somos más de uno los que estamos convencidos de que ya había peras en el Edén, porque "las peras y las manzanas" existen desde el principio de los tiempos. 

En definitiva, la causa de las mujeres ha sido siempre enfrentarse a la opresión, defenderse del yugo del "sexo fuerte" y seguir adelante. Pero hay unas que llegan a sufrir muchas veces más que otras, simplemente por el hecho de ser negras, extranjeras, pobres o lesbianas. Una múltiple discriminación que aumenta exponencialmente las desigualdades que les afectan

La semana pasada conmemoramos el Día de la Visibilidad Lésbica, una fecha en la que la comunidad LGTB reivindica los derechos de las mujeres lesbianas: que se les vea y que ellas mismas decidan ser visibles. Tener referentes es algo sumamente importante, por eso se hace necesario el que políticas, empresarias, artistas y un largo etcétera de mujeres lesbianas, decidan dar el paso. 

Aparentemente en España las lesbianas lo tienen fácil. Sin embargo, siguen cargando en sus espaldas el peso del estigma como un pesado yunque. A pesar de todo ello, las leyes de matrimonio igualitario e identidad de género, aprobadas durante los últimos gobiernos socialistas, han ayudado grandemente a que esa salida del armario sea menos traumática. 

En otras latitudes las mujeres lesbianas sufren una persecución sistemática que les puede llevar a la cárcel, y el el peor de los casos a la muerte. África es el ejemplo más claro de esas políticas, con una veintena de países donde está prohibido cualquier manifestación de amor entre personas del mismo sexo. 

En algunos países africanos muchas mujeres han sido sometidas a "violaciones correctivas" para tratar de "curarlas" de la "enfermedad" que padecen. Y otras tantas son expulsadas de sus poblados por "brujas" y entregadas a las autoridades para que las juzguen. 

El oasis africano parece ser Sudáfrica, donde el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal. 

América Latina, por su parte, está viviendo un gran momento en la lucha por los derechos LGTB. Argentina y Uruguay ya cuentan con leyes en favor del matrimonio entre personas del mismo sexo. El Congreso colombiano acaba de rechazar una proposición de ley para regular el matrimonio LGTB en el país, tal y como obliga una sentencia del Tribunal Supremo. A pesar de ello, Colombia es un país donde se reconocen uniones civiles a los homosexuales, al igual que Ecuador, Brasil; algunos estados de México, y en Norteamérica Canadá y algunos estados de los Estados Unidos, que reconocen matrimonio o uniones civiles indistintamente. 

España ha servido de faro a muchos países de su entorno, tanto en Europa, donde podemos mencionar la reciente aprobación del matrimonio igualitario en Francia; como en América, donde los países de habla hispana se están apuntando al carro de la ampliación de derechos. 

La visibilidad ayuda. Por eso es importante que trabajemos para que esa visibilidad, para que el disfrute de los plenos derechos ciudadanos sean posibles. 

El año que viene estaremos celebran otro día más de la visibilidad lésbica, y seguro que ya serán más los nombres y los rostros de ellas. 

domingo, 14 de abril de 2013

MONARQUÍA O REPÚBLICA

Monarquía o República. En España parece el debate eterno que nunca encuentra una solución. Lo cierto es que la Monarquía es una institución arcaica que se fundamenta en la supremacía de uno/a (Rey o Reina) sobre los otros. Por más Monarquía Parlamentaria que nos arrope, es una contradicción mantener a unas personas de forma vitalicia en un cargo, que además será dejado en herencia a sus descendientes, cuando nuestra Constitución proclama la igualdad de todas y todos los españoles. 

No hay igualdad cuando una familia recibe un trato diferente al resto de las familias. No puede haber igualdad si el Jefe del Estado goza de una impunidad que le blinda ante cualquier intento de procesamiento judicial, mientras a cualquier hijo de los palotes se lo llevan a la cárcel por participar en una manifestación en la que sólo está defendiendo lo que es suyo, lo único que le queda: la libertad, su dignidad.

La institución monárquica se encuentra en sus horas más bajas. El "juancarlismo" está sumamente trastocado. Ya no es posible seguir manteniendo el discurso de las bondades del Rey Juan Carlos durante la transición, y ya ni siquiera vale el papel que desempeñó durante el golpe de estado del 23-F. Los escándalos protagonizados por su familia, y por él mismo, han prendido la mecha ciudadana y el sentir republicano vuelve a sentirse con más fuerza, a gritar y a pedir abiertamente la proclamación de la III República.

No sé si será más o menos caro mantener una república, quizá tampoco sea el sistema político más perfecto. Pero sí que garantiza una cosa: el hecho de que todas y todos tenemos las mismas oportunidades nos apellidemos González, Pérez, Fernandez o Borbón.

Viva la República!!! 

sábado, 26 de enero de 2013

DUARTE: DOSCIENTOS AÑOS.

Mucho se ha escrito y demasiado se ha hablado del fundador de la República Dominicana, Juan Pablo Duarte y Díez. La bibliografía sobre el urdidor de la conjura independentista es amplia y variada, y a pesar de eso la generalidad de las crónicas sobre el General Duarte son demasiado "ideales", poéticas,  incluso divinas, cuando lo que realmente echamos en falta es conocer su parte más humana. 

De la vida personal de Juan Pablo se ha escrito también bastante, más bien se ha especulado, porque nunca nos ha quedado del todo claro si en realidad Juan Pablo Duarte tuvo esposa (son conocidos sus amoríos con varías señoritas de la ciudad de Santo Domingo) o si dejó descendencia. La figura del Padre de la Patria ha sido endiosada de una manera tal que nos ha impedido conocer eso que también formó parte de su vida. 

Indudablemente Juan Pablo Duarte es el ideólogo del movimiento independentista, que, dicho sea de paso, es conveniente aclarar confluyó y se alimentó de otros movimientos como el de los separatistas afrancesados, aglófonos, pro-ingleses o pro-hispanos y por los reformistas haitianos que buscaban derrocar al dictador Boyer y poner un gobierno nuevo para toda la isla, con mayores grados de representatividad política. 

Duarte apoyó las aspiraciones reformistas que dieron con el nombramiento de Charles Herard como Presidente de la República de Haití (de la que la parte Este, hoy República Dominicana, formaba parte, aunque muchos historiadores se empeñen en borrar esa referencia de sus obras). Duarte era oficial del Ejército Haitiano; Duarte trabajaba a diario con separatistas y reformistas, por lo que es de suponer que el proyecto de independencia no salió de la nada. Se fraguó precisamente en las entrañas de esa convivencia con unos y con otros. 

Lo que hizo triunfar la independencia fue el empeño de hombres como Francisco del Rosario Sánchez, Ramón Matías Mella o Félix María Ruíz, "trinitarios" todos, que pudieron continuar con las negociaciones en secreto tras la partida de Duarte al exilio en 1843, perseguido por el Gobierno. 

Duarte encendió la mecha, y los trinitarios continuaron avivándola hasta que el 27 de febrero de 1844 Sánchez elevó a los cielos por primera vez la bandera tricolor de la República Dominicana. 

Volvió a la tierra amada y fue proclamado por el pueblo como Presidente de la República. Sin embargo, no aceptó la distinción hasta tanto no se celebraran elecciones en las que fuera elegido el mandatario por el voto ciudadano. Esta es una prueba de su gran conciencia democrática.

Los gobiernos que se sucedieron durante la Primera República no se portaron bien con él. Santana lo desterró a perpetuidad, y a continuación entregó el país a la Reina de España, Isabel II, quien mandó a ocuparlo inmediatamente. Pero los dominicanos pudieron con las huestes del gran ejército español desplegado en la isla, y vencieron. 

Duarte volvió a estar allí, en las batallas del Cibao por la Restauración, al igual que estuvo en la Línea del Sur en los combates contra el ejército de Herard, tras el grandioso triunfo en la Batalla de Azua, el 19 de marzo de 1844. Pero volvieron a mandarle al extranjero, esta vez con la excusa de que sirviera a la Patria como representante ante los gobiernos de Sudamérica.

Era una ficha incómoda porque suscitaba simpatía en el pueblo. Por eso no era bueno tenerlo en el país. Por eso se deshicieron de él. Por eso lo sentenciaron a vivir exiliado en Venezuela, condenado al ostracismo, a morir fuera de su patria, enfermo, olvidado y en la más absoluta miseria. 

Duarte es el ejemplo perfecto de la pureza y la entrega sin condiciones a una causa. Su causa fue conquistada, pero a lo que dio forma, junto a otros dominicanos y dominicanas, está siendo destrozado por segundos. Los males de la República Dominicana parecen eternos, y lo peor es que la clase política no ha aprendido ni uno sólo de los ejemplos que Juan Pablo dio. 

Doscientos años desde su nacimiento, lo tenemos en el recuerdo. Hoy es día de júbilo porque nos queda todavía un hueco para la esperanza. 

martes, 15 de enero de 2013

EL PRD EN SU LABERINTO


La situación del Partido Revolucionario Dominicano es dramática. Unas pugnas internas, que tienen muchos tintes personales, se han adueñado de la normalidad del partido democrático más importante de la República Dominicana.

El partido que ha dado más presidentes de la República (Bosch, Guzmán, Majluta, Jorge Blanco, Mejía); el partido cuyos cientos de dirigentes han liderado la lucha antitrujillista, tanto en el exilio como tras su vuelta al país con la oposición frontal al gobierno fascista de Joaquín Balaguer; el partido que llamó al pueblo a las calles en 1965 por la defensa de la Constitución de 1963, violada tras el golpe de estado contra la democracia, perpetuado por las huestes conservadoras instaladas en los cuarteles militares y las oficinas de los poderosos del país.

El Partido del Pueblo y de la Libertad se enfrasca en una pugna interna que no es otra cosa que una lucha por el control de la organización. Una lucha que a la militancia, a los que hacemos que cada día el partido sea más grande, los que nos dejamos la piel en cada proceso electoral, los que estamos cada día con los compañeros y compañeras en las ciudades, los pueblos, los pequeños municipios, en los barrios y en las seccionales del exterior, nos avergüenza.

Una pugna interna que asquea a cualquier demócrata porque las formas autoritarias con las que se dirimen las desavenencias nos recuerdan a tiempos pasados y a cánceres que deberían estar superados en pleno siglo XXI.

El PRD se ha instalado en una lucha entre caciques que no tiene más objetivo que disponer a su antojo de la voluntad de aquellas y aquellos que depositamos nuestra confianza en los líderes de la institución. El PRD se ha convertido en un partido sin proyecto social creíble, porque no nos ocupamos de explicarle a la militancia y a la sociedad en general cuál es nuestro proyecto de país, qué es lo que queremos brindar al pueblo dominicano.

El PRD se aleja cada día más de las posturas socialdemócratas que lideran países como España o Francia, donde hay unos partidos socialistas con unas claras convicciones progresistas que dentro del PRD parecen imposible instaurar, debido al grado de conservadurismo que se ha adueñado de la dirección. Y se aleja de las posiciones que deberíamos abrazar con los ejemplos latinoamericanos de Brasil, Argentina o la propia Venezuela. Si somos izquierda hagamos izquierda. Pero es que a veces ni siquiera sabemos lo que somos.

Un ejemplo claro de eso es la vergonzante “cuota femenina” del 33%, una cuestión que ya debería estar eliminada en favor de la paridad total entre hombres y mujeres, otorgando a estas últimas el 50% de los cargos de dirección y de representación política, ya que incluso es el voto femenino el que hace ganar al PRD elección tras elección. Si somos progresistas apliquemos las políticas progresistas. Pero no, preferimos desgañotarnos una y otra vez.

Esta es la enésima vez en la que el PRD se enfrenta contra el PRD. Un ejemplo devastador para la sociedad que nos llevará sin duda a una profunda depresión política, y quizá a una nueva escisión, con los trastornos que eso produce y que conocemos bien.

El PLD, el PRI, el BIS y el PRSD son escisiones de nuestro partido que se dieron porque en su momento quienes dirigían el partido no supieron manejar esas crisis internas, lo que dio con la creación de otros partidos independientes, uno de los cuales, el PLD, ha pasado del sospechoso marxismo de Juan Bosch a las posiciones más conservadoras de la derecha dominicana, y que se perpetúa en el poder gracias a las mañas aprendidas por sus dirigentes, heredadas del sanguinario Balaguer.

Yo no voy a entrar en valoraciones apasionadas. No voy a defender ni a unos ni a otros. Voy a hablar de mi partido, que es lo que realmente me importa, y haré un análisis jurídico de lo que representa esta nueva expulsión dentro del seno del PRD.

Lo primero que hay que decir es que me gustaría leer íntegramente la resolución salida del seno de la Comisión Nacional de Disciplina para conocer cuáles son los argumentos jurídicos que se han aplicado en la sanción impuesta a Hipólito Mejía, Andrés Bautista, Orlando Jorge Mera y Geanilda Vásquez.

Leyendo los Estatutos del partido, de lo primero que uno se da cuenta es de que los mismos adolecen de una serie de aclaraciones que son necesarias para la comprensión correcta del texto. Es decir, que el mismo menciona figuras orgánicas que luego no son explicadas específicamente ni su razón de ser ni la función que desempeñan. Por lo que es fácil concluir que los Estatutos del PRD necesitan una profunda revisión para su modificación inmediata y la subsanación de esos defectos de forma.

Cuando vamos al Capítulo XI, referido a las Comisiones de Control y los Consejos de Disciplina, lo primero es que en el mismo no se explica qué es una Comisión de Control. Lo que hace el artículo 42 es decir que existirá ese organismo junto al del Consejo de Disciplina, para luego pasar los siguientes artículos a describir cómo se integran, cómo se eligen, cuáles son sus atribuciones, etc.

Lo mismo pasa con los Consejos de Disciplina: no se explica lo que son, pero inmediatamente después le asigna funciones a desarrollar. Se establecen una serie de faltas y unas sanciones, y precisamente ahí es donde está el problema más grave, ya que no se establece una graduación de las faltas (por poner un ejemplo, no se definen cuáles son faltas graves y cueles son faltas leves), a pesar de que el artículo 52 dice expresamente “según la gravedad de la falta los Consejos de Disciplina impondrán las sanciones siguientes”.

Y yo me pregunto ¿cómo conocen los fiscales del Consejo de Disciplina la gravedad de una falta si no está preestablecida? ¿Cómo se puede sancionar un hecho que no guarda correspondencia legal con ninguna falta? Es algo incomprensible y que choca frontalmente con el Principio de Legalidad y afecta enormemente a la seguridad jurídica.

Además lo que dice el artículo 51 cuando se refiere a que “son faltas sujetas a juicio disciplinario en el Partido, entre otras, las siguientes” es un caso insólito. ¿Cómo que “entre otras”? ¿Cómo es posible que un partido político con la trayectoria del PRD se permita amparar la inseguridad jurídica en el propio instrumento por el que se rige, que son sus Estatutos, con tantos prestigiosos abogados que tenemos en la dirección del mismo? ¿Cómo es posible que se dé carta blanca a un Consejo para considerar cualesquiera razones como faltas y así crear un amplio abanico de posibilidades de sanciones que llegarían hasta el infinito?

Las faltas deben estar establecidas con la graduación de la gravedad que les corresponda. Eso en la República Dominicana o en la Conchinchina. Y sus sanciones deben ser las que correspondan a esa gravedad. Un partido político no es un relajo, es un instrumento de la democracia y debe ser ejemplo para la sociedad. Debe practicar lo que defiende, y si el PRD defiende la legalidad, la justicia social, la libertad, la democracia, debe aplicarlas dentro de sus filas antes de salir a pregonarlas.

A la espera estoy de conocer cuáles son los argumentos que se han utilizado para expulsar a perpetuidad a Hipólito Mejía y a Andrés Bautista del Partido, y cuáles son los que se han  utilizado para que Jorge Mera y Geanilda Vásquez sean suspendidos durante dos años. Porque el argumento de que han “cometido actos de indisciplina” no es válido si no se especifican cuáles son esos actos.

No se puede juzgar a nadie si no existe ley, reglamento o mandato previo que lo establezca. En eso se basa la legalidad. Actos de indisciplina ¿en qué consisten los actos de indisciplina? Alguien debe explicarlo, aunque pueda parecer obvio. Los estatutos deberían recoger la definición que considera el Partido de lo que son “actos de indisciplina” para establecer si la discrepancia o el enfrentamiento interno encajan con lo que el Consejo ha determinado que son “actos de indisciplina” en el caso de estos cuatro dirigentes.

Fuera de estos supuestos de “actos de indisciplina”, que como digo no sabemos qué son, no veo ninguna razón con peso jurídico que haga que el Consejo de Disciplina sancione tan gravemente a los cuatro dirigentes mencionados. Ha habido un juicio sumario en el que los únicos que salen perjudicados son los militantes.

¿Cómo se establece la gravedad de una falta si ni siquiera se ha regulado la existencia de la gravedad de esas faltas? Esto no es una decisión que se pueda tomar a la ligera. Debe haber un fundamento jurídico que lo sustente. Y no lo veo por ninguna parte por lo que vuelvo a repetir: no hay una relación entre las supuestas faltas y las sanciones a aplicar, que por demás se han aplicado de forma arbitraria por no cumplirse el Principio de Legalidad. Y un instrumento como unos Estatutos no pueden ser interpretados al antojo de quien ostente el poder en un momento determinado.

Hipólito Mejía no es un cualquiera. Fue Presidente de la República Dominicana representando las siglas del PRD. Andrés Bautista no es un cualquiera, fue Senador de la República y Presidente del Senado. Son personalidades importantes de nuestra institución y de la República y merecen un respeto, por más pugnas internas que haya, que deben resolverse tranquilamente en el patio de nuestra Casa Nacional, y no haciendo un circo mediático que lo único que hace es restarnos credibilidad y lo que demuestra al país y al mundo es que no estamos capacitados para llevar las riendas de esta Nación, que tanto necesita de un cambio social y un enderezamiento institucional.

Espero que superemos esta crisis, y que el próximo proceso democrático se desarrolle con la mayor libertad, por el bien del PRD si queremos volver a gobernar y dar el giro positivo que necesita la República Dominicana.