miércoles, 25 de julio de 2012

ALGO MÁS SOBRE LA "INVASIÓN HAITIANA DE 1822"


Estimado Profesor Domingo Pérez, admiro su vehemencia al argumentar unos hechos históricos que se sucedieron en la isla de La Española (ese sigue siendo el nombre oficial del lugar que ocupan las dos repúblicas existentes en ella). Pero me preocupan las barrabasadas que se dicen en estos foros alimentadas por opiniones que como la suya, muy respetable dicho sea de paso, calan en las mentes de los menos documentados y fácilmente manipulables compatriotas. 


Olvida usted, sin embargo, en su análisis un elemento fundamental para explicar la ocupación haitiana de 1822. Ese elemento es la decisión irrestricta de cientos de dominicanos (terratenientes blancos, mulatos dueños de tierras y algunos de los cuales esperaban su carta de libertad, y negros esclavos) de pertenecer a la República de Haití antes que formar parte de un experimento sin apoyos como fue la proclamada República del Estado del Haití Español por parte de José Nuñez de Cáceres. 


Se olvida usted (y pienso que de forma intencionada) que desde primeros de noviembre de 1821, semanas antes de la proclama de Núñez de Cáceres, muchos cabildos hispanos de la zona fronteriza habían proclamado su pertenencia a la República de Haití. Esas proclamas se sucedieron por todo el Norte y el Sur dominicano, hasta, por ponerle como ejemplo, que Pablo Báez, Alcalde de Azua, hombre blanco, terrateniente, amancebado con una negra liberta, padre de Buenaventura Báez, quien fuera presidente de la República Dominicana durante cinco períodos... se unió a Haití, luego de las proclamas de San Juan de La Maguana, Bánica, Hincha, San Rafael, San Miguel, Neyba, Puerto Plata, etc., etc. 


Todo esto sucedió en los cabildos y en las plazas de la parte Este de la isla sin que Boyer hubiera movido un dedo. Los dominicanos del este (porque es el gentilicio de todos los nacidos en la isla de Santo Domingo, como comunmente se conoce a nuestra isla) no querían una República independiente como la de Núñez de Cáceres que no abolía la esclavitud y que continuaba con la estratificación establecida por los colonizadores respecto a las clases y las razas. Es decir, los mulatos dominicanos (que eran la mayoría) querían ver reconocidos sus derechos al igual que los blancos. Los negros querían dejar de ser esclavos. Y eso la nueva república de Núñez de Cáceres no lo garantizaba. 


Sin embargo, ser parte de Haití les permitía a todos ese derecho. Cuando Boyer llegó a Santo Domingo ya todas las ciudades de la línea del Sur se habían proclamado haitianas. Él no fue quien las proclamó. Ellas mismas atendieron al llamado del Presidente de una de las Repúblicas más pujantes de la época, como era la haitiana, la primera república latinoamericana y la segunda, después de los Estados Unidos, en todo el continente americano. Boyer recibió las llaves de la ciudad porque los miembros de la élite comercial dominicana, representanda por Núñez de Cáceres, no encontraron apoyo ni siquiera en Simón Bolívar, libertador de América, quien sí apoyaba a la República de Haití porque era un país que abolió desde el primer momento la esclavitud. 


Por tanto, Profesor Domingo, no es bueno que obviemos las cuestiones reales y los sucesos que por años hombres como José Gabriel García, un hispanófilo declarado y antihaitiano maquillado, nos ocultaron. No hago una defensa de Boyer. Pero no lo condeno. Porque si a alguien le interesó que llegara Haití a ocupar la parte Este fue, precisamente, a los dominicanos que seguían bajo la miseria de la "España Boba", que les condenaba a la hambruna y a la orfandad total. 


No pongo en duda sus conocimientos historiográficos, pero sí le pido que los revise porque documentos hay para aburrir en el Archivo General de la Nación para saber y decir cómo fueron realmente las cosas. 


A partir de ahora abro el debate. Quien tenga un argumento sólido para rebatir mi posición que la exprese. No acepto (porque no lo hago jamás con nadie) ataques de nacionalismo rancio y acusaciones o sospechas infundadas de haitianismo. Soy un dominicano más que habla en favor del esclarecimiento de la historia, y que propugna porque dejemos de llamar "negritos" a nuestros vecinos, cuando nosotros también lo somos. 


Salud. 


(En respuesta al artículo del Profesor Domingo Pérez: "Estupideces de Joseph Harold Pierre sobre la invasión haitiana de 1822",  publicado en Acento.com el 24 de julio de 2012, quien respondía así al intelectual haitiano Joseph Harold Pierre por su artículo de 22 de julio en el que criticaba las palabras del sacerdote Francis Haver, en unas declaraciones sobre el tema)