Compañeras, Compañeros.
Hemos atravesado un proceso electoral en el cual los indicios de fraude son bastante claros. Los desmanes del partido oficialista, con el fin de favorecer a su candidato presidencial, nos recuerdan épocas que muchos de nosotros no vivimos, pero que las tenemos vivas en nuestras memorias porque fueron parte de la vida diaria de nuestros padres, madres, abuelos y abuelas.
El sistema democrático en la República Dominicana está pendiendo de un hilo, y la exaltación de los dominicanos es patente, porque ven cómo nuevamente le arrebatan de sus manos la decisión de cambio que desde hacía mucho tiempo habían arropado.
Sin embargo, haciendo un gran ejercicio de responsabilidad política, nuestro eterno presidente Hipólito Mejia, asume el rol de líder de la oposición "en defensa del interés nacional y la preservación de la paz". Y nos llama a la unidad para trabajar juntos como dominicanos por el fortalecimiento del sistema democrático, tan malogrado en los últimos años, que convierte en urgente la reforma profunda de la Ley Electoral y la promulgación, como bien señaló Mejía, de una Ley de Partidos Políticos que imponga reglas claras que preserven la integridad de unos comicios que se presumen libres y que deben estar fuera de toda sospecha.
Nuestro partido necesita hombres y mujeres que estén dispuestas y dispuestos a dejarse la piel por su fortalecimiento institucional. El país necesita hombre y mujeres capaces de asumir un rol combativo, de lucha pacífica y de vigilancia perpetua contra las fechorías de los que han hecho del país su cortijo particular.
Es el momento para que los jóvenes entreguemos incondicionalmente nuestro trabajo y a aportemos, como lo hemos estado haciendo durante toda esta campaña electoral, nuestra sangre nueva. La experiencia de los Viejos Robles ha de servirnos para no olvidar jamás de dónde venimos. Y nuestro ímpetu, el mismo que ellas y ellos tuvieron hace tantos años, dé un carácter rejuvenicido al partido del pueblo, al partido de la libertad, que fue igualmente cargado a las espaldas de hombres y mujeres jóvenes, revolucionarios, que como nuestro eterno líder José Francisco Peña Gómez lucharon por la dignidad del pueblo dominicano.
Jóvenes líderes del Partido Revolucionario Dominicano, el momento es ahora!!! Nuestro compromiso con la democracia debe quedar sellado en este instante. Nuestro país necesita de nuestros conocimientos adquiridos, de la experiencia de los mayores, y de la responsabilidad de los que nos dirigen. Ahora empieza una nueva etapa que ha de llevarnos hacia un PRD más fuerte y organizado, con unas estructuras más compactas y a la vez abiertas, con mayor transparencia. La Patria recuerda a Duarte, su ideólogo, y a Sánchez, su proclamador, ambos hombres jóvenes que tuvieron el valor de hacer de un conglomerado de personas los hijos e hijas de una gran nación. Recordamos a Sagrario Díaz, una mujer joven que dio su vida por su país. Y recordamos a cientos y cientos de dominicanas y dominicanos que se batieron en lucha encarnizada por la defensa de su terruño, o aquellos que simplemente se sentaron a idear, a pensar y a construir un verdadero país.
No somos "muchachos que pretenden hacer las cosas de los hombre". Somos esa parte de las sociedades que remueven conciencias. Sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor y veremos que Túnez o Egipto fueron levantadas por chicas y chicos; que Madrid se llenó de esos espíritus noveles con ganas de cambiar el mundo; que en Estados Unidos y China, Rusia y Chile, los jóvenes han tomado la vanguardia.
Adelante compañeras y compañeros perredeístas!!! Nuestra voz se alzará como "la voz dominicana" que aún retumba en la memoria de nuestra nación, porque el país nos necesita. El pueblo no puede seguir sufriendo y soportando a indolentes que sólo ven nuestra media isla como un signo de pesos.
Llegó la hora.
Que viva el Partido Revolucionario. El Partido del Pueblo, de la Libertad.
Amín Arias Garabito.
Secretario Relaciones Internacionales JRD Madrid.