lunes, 27 de febrero de 2012

LA INDEPENDENCIA DOMINICANA: UN PAR DE APUNTES PARA LA RECONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA.


La noche del 27 de febrero de 1844 un grupo de hombres y mujeres que llevaban meses conspirando contra el gobierno despótico de Herard, proclamaron la independencia de la República Dominicana.

La gesta patriótica estuvo, inspirada por los ideales de libertad que preconizó la sociedad secreta La Trinitaria, fundada por Juan Pablo Duarte, fue la culminación de una aspiración que empezó en 1821 cuando José Núñez de Cáceres proclamó la independencia del Estado Libre del Haití Español, nombre con el que se conoció la primera experiencia republicana que tuvimos los dominicanos.

Mucho se ha escrito sobre la independencia, pero hay verdades que pocos se han atrevido a decir por temor a que se les tache de antipatriotas. O incluso, respondiendo a una línea preconcebida, se ha generado un estado en la mente de los ciudadanos dominicanos de constante recelo frente a los haitianos. Por ejemplo, se nos ha insistido siempre desde los primeros años de escuela en la llamada “ocupación haitiana”, uno de los episodios nacionales más oscuros de nuestra historia, cargándolo de una connotación exageradamente negativa.

La invasión no fue tal y como nos la han pintado. Sí que se produjo, pero no fue a sangre y fuego. El descontento que produjo la independencia proclamada por Núñez de Cáceres al no contemplar, entre otras cosas, la abolición de la esclavitud, y al no ser reconocida, como él pretendía por la Gran Colombia de Simón Bolívar, trajo consigo un mar de incertidumbres dentro de la población y mucho más en los comerciantes criollos que veían sus negocios peligrar, porque España no estaría dispuesta a reconocer a su provincia de ultramar la independencia que acababa de declarar.

Pablo Báez, uno de los más importantes comerciantes del sur del país y Alcalde de Azua, padre del que fuera posteriormente cinco veces presidente de la República, Buenaventura Báez, hizo acopio de las buenas intenciones de los gobernantes haitianos traídas por su mensajero Disier Dalmasí. Pronto, la estabilidad que ofrecía la adhesión de la parte este de la isla con la República de Haití, coló en la mente de los dominicanos, hasta el punto de que los cabildos de ciudades fronterizas desde los primeros días del mes de diciembre de 1821 habían proclamado su unión a la vecina nación.

Núñez de Cáceres se vio obligado a entregar las llaves de la ciudad de Santo Domingo a Boyer, quien desde enero de 1822 se convirtió en presidente de toda la isla, unificada bajo una misma República.

Se proclamó la abolición de la esclavitud, se dio participación en el Congreso a los ciudadanos de la zona hispana y se convivió establemente, hasta que los desmanes del gobierno, el cierre de la universidad, la creciente presión frente a la oficialización del francés como idioma de la isla, que pretendía lograr que los nacionales olvidaran el español, que era su lengua natural, y las ideas revolucionarias que trajeron algunos dominicanos que había vivido en Europa, Estados Unidos o Suramérica, así como el movimiento revolucionario surgido en 1843 que dio con el derrocamiento de Boyer y la instauración de un nuevo régimen, esta vez capitaneado por Chales Herard.

Las presiones contra los revolucionarios organizados en torno a La Trinitaria y otras organizaciones secretas, así como las ideas de los conservadores que pretendían devolver la isla a España, o los afrancesados que quería que la misma se convirtiera en un protectorado francés, desató la persecución contra los dominicanos. Duarte tuvo que salir del país, y al mando de los revolucionarios quedó Franciscos del Rosario Sánchez, un joven abogado negro que supo gestionar de manera eficiente el grupo y proclamó la noche del 27 de febrero la independencia de la República Dominicana.

Se convirtió en el primer mandatario de la nación, ya que esa misma noche se formó la Junta Central Gubernativa provisional en la que los independentistas tenían un mayor peso. Sin embargo, la influencia de los conservadores logró que el 28 de febrero se modificara dicha Junta y quedó Tomás Bobadilla como presidente de la misma.

Aunque reconozcamos a Duarte como el inspirador de la gesta independentista, y como Padre de la Patria, lo justo es otorgar el primer lugar a Sánchez, ya que fue el brazo que se levantó, a pesar de las trabas impuestas por algunos, y dejó su vida siendo fusilado en el paredón por defender a su patria.

Los intereses de las oligarquías dominantes en la República Dominicana no han querido reconocer, en muchas ocasiones, el mérito extraordinario de nuestro primer jefe de gobierno, y Padre de la Patria. El color de su piel ha condicionado ese reconocimiento, hasta el punto de que vemos a un Sánchez totalmente blanqueado en muchísimas ilustraciones de pintores reconocidos.

Hoy es un día en el que los dominicanas y dominicanos nos sentimos muy orgullosas y orgullosos de poder celebrar nuestra independencia. Pero ya es hora de ir desmitificando cuestiones, desempolvando historias escondidas adrede, esclareciendo y enseñando. Es hora de llevar la verdadera historia a las escuelas, es necesario el 4% para la educación y más seguridad ciudadana, más trabajo y que nuestros jóvenes tengan un presente digno para que su futuro sea lo que ellos soñaron. Para que la República Dominicana sea por lo que Sánchez, Duarte y Luperón siempre lucharon.    

Feliz Día de la Independencia!!!

lunes, 6 de febrero de 2012

Moises Naím y su pretendido conocimiento de la realidad política dominicana.

En el día de ayer salió publicado en el periódico español El País un artículo del escritor, columnista y experto en política internacional y economía, el venezolano Moisés Naím, titulado "Llegó Papá", que anunciaba desde el primer momento una clara referencia al eslogan de la campaña electoral del Ex-Presidente de la República Dominicana, el Ing. Hipólito Mejía. 

El artículo pretende hacer un análisis de la campaña electoral dominicana. En el mismo acusa directamente al candidato del Partido Revolucionario Dominicano de populista y machista, a la vez que lo compara con una serie de personajes de dudosa calidad democrática como Ahmadineyad o Putin. Pero falla desde el primer momento. Sus argumentos son fácilmente rebatibles. 

En primer lugar, en lo que respecta a las acusaciones de machismo cernidas sobre Hipólito, olvida el señor Naím que el presidente Mejía ha dado una importancia vital a las mujeres en su campaña electoral, situándolas como eje central de la misma y reconociéndolas como elemento fundamental del crecimiento y desarrollo del país. Su consigna ha sido desde siempre "Juventud y Mujer" hasta el punto de que, no sólo en esta campaña, donde se rodea de mujeres valiosísimas dentro de la política dominicana y reconocidas internacionalmente como es el caso de Doña Peggy Cabral, o la joven dirigente de la JRD, Faride Raful; si no que durante su primer mandato entre los años 2000-2004 se hizo acompañar de la veterana Milagros Ortiz Bosch, quien ocupó el cargo de Vicepresidenta de la República, entrando en los anales de la historia como la primera mujer dominicana en llegar tan lejos. 

Gracias al empeño del Presidente Mejía está garantizado el cumplimiento del mandato estatutario del PRD en el que se establece una cuota de participación del 33% para las mujeres. Pero no sólo eso, fue uno de los mayores potenciadores de políticas públicas en favor de las mujeres en la antigua Secretaría de Estado de la Mujer, hoy Ministerio de la Mujer. 

Habla el señor Naím de populismo y dice textualmente que "Hipólito Mejía aparece en los barrios pobres repartiendo dinero, ropa o comida". No obstante, me parece que al gran columnista Premio Ortega y Gasset de Periodismo se le han cambiado los nombres. Donde quería poner "Leonel Fernández y la camarilla del PLD", puso por equivocación Hipólito Mejía, porque si no fuera así no es entendible de ninguna de las maneras esa afirmación que raya en la mentira. El gobierno del PLD está utilizando el dinero del Estado para comprar la voluntad del pueblo mediante dádivas, repartiendo comida, asfaltando calles y dando dinero en las barriadas más humildes, incluso para que jóvenes y mujeres asistan a sus mítines, como ocurrió en la última visita de Danilo Medina a Madrid, en la cual se repartieron 50 euros a muchos de los asistentes, información de la cual tengo pruebas testificales y documentales importantísimas que me permiten afirmarlo.


Habla de la reelección como el mayor de los males, y menciona a una serie de mandatarios que cambiaron las constituciones de sus países para perpetuarse en el poder. Sin embargo no menciona a Álvaro Uribe, quizá porque no es de izquierdas. Pero es que lo más flagrante es que habla en esos términos y no dice nada de que Leonel Fernandez lleva 3 períodos gobernando el país. No dice nada de que la deuda de la Nación se ha triplicado respecto a como quedó a la salida de Mejía en el 2004. No dice nada de que hay un 48% de desempleo juvenil, que afecta especialmente a las mujeres jóvenes. Pero nada tampoco de la inseguridad ciudadana y de la instalación de mafias y sicarios que antes no existían. Y menos dice sobre la corrupción institucional. 

Y donde pone la guinda al pastel es cuando habla de Margarita Cedeño, Primera Dama de la República, poniéndola como la solución a los problemas del país, desconociendo que ella es parte de la nefasta gestión del gobierno de Fernández y que respresenta la continuación de todo lo malo y negativo del gobierno peledeista. Y otra vez vuelve a faltar a la verdad al asegurar que Danilo Medina se ha colocado por delante del Mejía, demostrando un total desconocimiento de las encuestas de firmas nacionales y extranjeras.

Pero que más se puede pedir cuando un analista tan sensato como lo es Mosisés Naím se posiciona de un lado tan claramente como es la derecha dominicana representada por Danilo, Margarita y Leonel, acusando a Hipólito de ser el responsable de la mayor crisis económica que haya sufrido el país, pero de la que no menciona cuales fueron las causas, y mucho menos la solución que dio el Presidente Mejía al garantizar hasta el último centavo a cada una de las personas que tenían sus ahorros en los bancos que quebraron.

Y menos dice el señor Naím que durante su gestión como Ministro de Industria y Comercio en el segundo mandato de gobierno de Carlos Andrés Pérez, se dieron las mayores protestas populares por las polémicas medidas neoliberales que aplicó en Venezuela, lo que dio paso al "Caracazo". 

Siempre reconoceré la calidad y la rigurosidad de Mosisés Naím. Sin embargo diré a todo pulmón que se equivoca en sus apreciaciones sobre Hipólito Mejía. Su posicionamiento con la derecha da cuenta de por donde van los tiros. 

El pueblo ha  dicho basta. No más corrupción y sí mayores cotas de bienestar social. Ese bienestar social viene como la apuesta principal de nuestras ideas socialdemócratas por las que tanto luchó nuestro líder José Francisco Peña Gómez, y que serán llevadas a cabo por Hipólito Mejía. Porque si decimos que Llegó Papá es porque nuestra conciencia relaciona a Mejía con aquel padre que todo lo da por sus hijos. Y él, al igual que el resto de los perredeístas, amamos esta media isla y nos duele que la hagan sangrar. Por tanto, es hora de que vuelva Papá. 



Amín Arias Garabito.
Director Ejecutivo Macro Región II JRD Europa
Secretario Relaciones Internacionales JRD-Madrid.